¡Nuestras chicas ponen fin a una gran temporada!
Llegábamos a la Fase Final justo tras recibir un golpe importante, perdiendo en la última jornada frente a Solares, equipo con el que nos íbamos a cruzar en las semifinales. Tras una buena preparación del partido a lo largo de la semana, conseguimos marcar el ritmo del partido, no sin problemas, ya que las locales también querían llevarse el partido. Además, nos encontramos con un arbitraje diferente a los que recibimos durante el año (dos árbitros, posesión de 24 segundos…), y además se castigaban con faltas muchos contactos que durante el año no (obviamente porque cuatro ojos ven más que dos). Solares lo sufrió antes que nosotros, viendo como eliminaban a su mejor jugadora antes del descanso por cinco faltas.
Pero para nosotros tampoco fue mucho mejor, ya que con 9 jugadoras disponibles, nos encontramos en el quinto periodo, que tres de ellas tenían cuatro faltas. Nos quedaba una jugadora disponible, pero en el caso de que fueran dos las eliminadas, incurriríamos en alineación indebida y perderíamos la semifinal. Hubo que conceder muchas canastas para evitar ser eliminadas, y las solariegas redujeron nuestra ventaja a la mitad, pero por suerte, acabamos el periodo, y volvimos a jugar con tranquilidad. Al final, nos llevamos el partido y llegamos a la merecida final.
En la final ante el CB Calasanz, peleamos, vaya si peleamos, pero debíamos rozar la perfección si queríamos ganar, y la perfección es muy difícil de conseguir, en un deporte en el que influyen tantos factores como en el baloncesto. Lo cierto es que jugamos sin miedo, y haciendo todo lo que se había entrenado, y se había mandado hacer.
Íbamos por debajo del marcador, pero luchando, que es lo único que se exige aquí, y alternábamos buenas acciones con otras desafortunadas por nervios, y en algunos casos malas decisiones, pero nada fuera de lo normal.
El punto de inflexión llegaba a seis segundos del descanso, cuando perdimos a una de nuestras jugadoras por cinco faltas, obligando a sustituirla y rompiendo por completo la organización de los periodos. Llegamos al descanso 13 puntos por debajo y muy buenas sensaciones de lo logrado en los primeros 24 minutos de juego. Aquí todo cambió, porque si solo había ocho jugadoras ya disponibles, otra tuvo que irse a una comunión y nos quedamos con siete, lo que a la postre nos obligó a cometer alineación indebida por falta de banquillo.
Hicimos un fantástico cuarto periodo, y un inicio del quinto, pero entre las faltas, el agotamiento, y el saber que ya no podíamos ganar aún metiendo más puntos que ellas, acabamos muriendo poco a poco. Nos quedó el coraje suficiente para no dejarnos cerrar acta como sucedió en la Copa, y dejamos una maravillosa imagen, arropados por familiares y las fabulosas benjamines que nos animaron de principio a fin.
Se nos acaba el minibasket, pero no el baloncesto y seguiremos trabajando para ser mejores cada día, y poco a poco, nos daremos cuenta de lo importante de lo logrado a base de esfuerzo con las mismas chicas que empezaron el primer día.
¡ENHORABUENA CHICAS!