El equipo santanderino perdió en la final ante el CB Calasanz por 48-46
El 20 de agosto comenzó una aventura, que ha durado ocho meses y seis días. Bueno no es cierto, en algunos casos, la aventura empezó en el año 2013, pero bueno, eso es otra historia… Ocho meses de trabajo preparando este fin de semana, y nuestras chicas no han decepcionado a nadie, y mucho menos a mí.
Semifinales | Kells College 66 – Pas Piélagos 43
Sexta vez que nos enfrentábamos a las de Piélagos, y afortunadamente, repitiendo victoria. El plan era no enseñar las nuevas armas trabajadas, tanto en ataque como en defensa, y reservarlas para la final. Fuimos capaces de seguir el plan, y llevarnos la victoria. Si bien el primer periodo no fue brillante, conseguimos terminarlo por delante en el marcador. Ya en el segundo, conseguimos ampliar la renta, dominando el juego en ambas mitades del campo. Con las ideas claras comenzamos el tercer periodo, y controlando el ritmo de partido, convirtió el último cuarto en un periodo de rotaciones en ambos equipos, y con una renta final de 23 puntos.
Final | Calasanz 48 – Kells College 46
Y llegó el gran día. Nuevas jugadas, nuevas defensas, todo trabajado una y mil veces, hasta conseguir tener claro qué debíamos hacer para quedar campeonas. Y una vez más, seguimos el plan.
El primer periodo fue nuestro: juego vertical, todas tocando el balón, y yendo a por todos los rebotes en ambas canastas. Cambiamos los bloqueos directos, no perdemos balones y hacemos correctamente el balance defensivo. Creemos en el plan, y todo sale bien: Por encima en el marcador.
Segundo periodo: Sabemos a quien sacan, y adaptamos nuestra defensa para frenar sus virtudes. Cambiamos a defensa zonal, y luchamos por cada rebote. Jugamos los nuevos sistemas, y anotamos con facilidad. Llevamos el ritmo de partido, y no dejamos de correr siempre que hay opción. Seguimos el plan, y acabamos 13 puntos por encima al descanso.
Descanso: Repasamos la lección, y todas se la saben. Perfecto. Vamos tranquilas a tirar a la nueva canasta y seguimos el plan.
Tercer periodo: Alternamos defensa zonal con individual, y pagamos varios despistes defensivos con canastas fáciles. Hacemos alguna falta que no debemos, y nos remontan ocho puntos. En cualquier caso, seguimos con el plan, y acabamos el periodo cinco puntos por encima.
Último periodo: Seguimos con el plan, pero fallamos algunos tiros. Llegan los nervios, y los nervios traen errores. Nos comemos alguna posesión de 24 segundos, y perdemos algún balón por salir a correr cuando debíamos frenar el balón. Treinta seis minutos más tarde, las locales se ponen por encima. Seguimos el plan, y creemos en él, pero se nos salen todos los tiros. Luchamos, luchamos y luchamos, pero no damos con la clave. A falta de algo más de un minuto, un triple desde la esquina toca tres veces el aro antes de entrar. Cinco puntos por debajo que parecen 20. Fallamos el tiro y perdemos la bola. 40 Segundos, y pedimos tiempo muerto para tomar decisiones. El plan es cambiar a 1-3-1 para recuperar la bola, y anotar lo antes posible. Después, robar o falta porque solo llevamos dos de equipo. Seguimos el plan: Robamos el balón en la 1-3-1 y metemos un triple, nos ponemos a dos. Intentamos robar y no llegamos, falta. Tres de equipo. Sacan de nuevo. Seguimos el plan: robar o falta. Pues falta. Recuperamos el balón, pero solo quedan seis décimas y no tenemos tiempos muertos. Aún así sacamos, y hacemos el tiro para ganar a la desesperada, pero no entra. Final: Calasanz 48 – Kells College 46
¿Falló el plan? En un equipo profesional y veterano, siguiendo los pasos como los siguieron nuestras chicas, hubiera acabado en victoria con total seguridad, pero tenemos 12 y 13 años, y los nervios son algo que lleva mucho tiempo controlar. Y el tema de la edad, es algo que se soluciona con el tiempo…
El mérito de nuestras chicas es de total admiración, porque es verdaderamente complicado, pasar de perder por 21 puntos la final de Copa, y un mes más tarde por 40 puntos en liga, a tener contra la espada y la pared al mejor equipo de la liga. Hace falta una fuerza de voluntad terrible, y aunque ellas no se hayan dado cuenta todavía, lo que han aprendido este fin de semana les va a valer para mucho más que el baloncesto en el futuro.
Ha sido un honor entrenar a este grupo durante los últimos ocho meses, y a esta generación durante los últimos seis años. Me voy orgulloso de lo conseguido en cuanto a lo deportivo, y mucho más en lo referente a la entrega y a la lucha. Chicas, para mí sois las mejores, no me cabe ninguna duda. A partir de ahora, como en la vida, habrá cambios y espero que lo que habéis aprendido conmigo, lo compaginéis con lo que os enseñen otros, y sigáis defendiendo nuestros colores por muchos muchos años.
Muchas gracias a todas, y… entrenamos hasta el 30 de junio, así que nos quedan muchos suicidas por hacer todavía.